JOHANNESBURGO, Sudáfrica.- El expresidente Nelson Mandela es recordado hoy en su natal Sudáfrica, en el día en el que este icono de la lucha contra el «apartheid» hubiera cumplido 101 años, con pequeñas obras y proyectos solidarios repartidos por todo el país.
Como cada 18 de julio, miles de sudafricanos cumplen con la tradición de dedicar simbólicamente unos 67 minutos -uno por cada uno de los años que «Madiba», como cariñosamente se conoce a Mandela en su país, había dedicado a la lucha por la justicia social cuando se instauró esta campaña (2009)- a una causa solidaria.
Este año marca, precisamente, una década desde que la ONU declarase el 18 de julio como el Día Internacional de Nelson Mandela, en reconocimiento a su sacrificio por la liberación de los africanos y su servicio a los derechos humanos y la democracia.
«Las llamadas de Nelson Mandela a la cohesión social y a poner fin al racismo son especialmente relevantes hoy, con el discurso del odio extendiendo una creciente sombra alrededor del mundo», señaló hoy el secretario general de la ONU, António Guterres, según difundió su organización en las redes sociales.
La fecha es una llamada global a la acción para convertir el mundo en un lugar más justo, algo que en su Sudáfrica natal se observa con especial dedicación.
Ciudadanos anónimos por todo el país participan donando alimentos y mantas, recogiendo basura, visitando a ancianos o ayudando a reparar escuelas y a construir viviendas sociales, entre otros ejemplos.
Pero también aportan anualmente su grano de arena a la causa instituciones y empresas, organizaciones civiles, miembros del Gobierno y líderes opositores.
La contribución para este Día de Mandela del presidente de Sudáfrica, Cyril Ramaphosa, llegó en forma de una entrevista especial concedida a la radio juvenil Rx, la cadena del Hospital de Niños de la Cruz Roja de Ciudad del Cabo.
«Nelson Mandela no solo fue un padre para sus hijos, sino también un padre para gente como yo y para todos los niños de nuestro país. Pero él va más allá de eso. Se le ve como un padre global para los niños del mundo», dijo el presidente, sentado al micrófono con cuatro jóvenes pacientes del hospital.
«Mi relación con él fue la de aprender de él y seguir sus pasos. Aprendí a tener integridad, a tener coraje, compromiso, compasión y a estar dispuesto a servir a la gente de nuestro país como él hizo», continuó Ramaphosa.
Este aniversario es el primero después que Sudáfrica y el mundo celebraran en 2018 el centenario del nobel de la Paz.
La efeméride sirvió para recordar globalmente su legado, con portavoces que fueron desde el expresidente estadounidense Barack Obama a la cantante Beyoncé, pasando por la escritora nigeriana Chimamanda Ngozi Adichie.
Nelson Mandela fue el primer presidente negro de Sudáfrica (1994-1999) y murió el 5 de diciembre de 2013 a los 95 años, después de una larga convalecencia por problemas respiratorios.
Pasó 27 años encerrado en las cárceles del régimen segregacionista y se convirtió para el mundo en el gran icono de la lucha contra la segregación racista del «apartheid».
Tras su liberación en 1990, Mandela lideró junto al último presidente afrikáner, Frederik De Klerk, una compleja transición hacia la democracia, en la que defendió que la reconciliación y la paz debían marcar la nueva era pese a los más de tres siglos de dominación racista blanca. EFE
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