Mercedes Zaragüeta.- Acento.com.do Santo Domingo, República Dominicana (EFE).- La expansión de la infraestructura escolar en República Dominicana es indudable, sin embargo, la calidad de la formación en el país deja mucho que desear y urge la adecuada capacitación de los docentes, tanto que éste es considerado uno de los problemas fundamentales del sistema educativo.
Ha sido muy aplaudida la disposición del Gobierno de destinar el cuatro por ciento del PIB a la educación, tal asignación era un reclamo que había en el país desde hace años.
Esto podría ayudar a superar los atrasos que tiene la educación dominicana, pero para ello se hace imprescindible que dicho presupuesto sea empleado de la forma adecuada y que se invierta en el docente de hoy, el profesor del siglo XXI, que debe acceder permanentemente a la información y al conocimiento a lo largo de toda su carrera profesional.
El propio presidente dominicano, Danilo Medina, lo expresó claramente cuando al referirse a la capacitación de los enseñantes señaló que el Gobierno era "consciente de que hacía falta un refuerzo considerable para alcanzar los estándares internacionales de calidad".
Expresarlo no basta, hay que poner los medios para resolver uno de los mayores retos a los que se enfrenta un país, que es lograr una educación de calidad y eficaz.
Para este año se van a construir 10.000 aulas. Las infraestructuras escolares son importantes pero más importante es que lo que allí se imparta sea de calidad. El país será lo que son sus docentes.
Disponer de un buen profesorado, reconocido, formado y evaluado es el factor esencial con el que cuentan los países con mejores resultados en cuanto a excelencia; el docente debe ser consciente de su responsabilidad y no educar por un salario, sino por el futuro y el bienestar.
El director de Acción Social de la Fundación Mapfre, Fernando Garrido, al exponer los proyectos que desarrollará la entidad en la República Dominicana, señaló que el nivel de formación de los profesores "es un problema generalizado" en toda Latinoamérica.
"Hemos ofrecido nuestra experiencia y los recursos que estén en nuestras manos para colaborar con el Ministerio de Educación en esa política de formación de los profesores", expuso Garrido.
Sólo tres universidades dominicanas lograron aparecer y no precisamente en los primeros puestos en la lista del ránking de las 300 mejores universidades de América Latina de 2013, que hace de la empresa internacional Quacquarelli Symonds, siendo éstas la Católica Madre y Maestra (PUCMM), la Iberoamericana (UNIBE) y la estatal Autónoma de Santo Domingo (UASD).
Dicho ránking ni siquiera clasifica a las universidades de todo el mundo, tan sólo a las de la región, y utiliza siete indicadores, entre los que están la investigación, la inserción profesional del graduado y los recursos didácticos.
Las tres universidades dominicanas se situaron por encima de la posición 200.
El rector de la Universidad Nacional Evangélica (UNEV), Salustiano Mojica Rijo, dijo hace poco que la crisis de la educación y de la mala calidad del sistema apunta a crucificar al maestro y a las universidades.
En este sentido, explicó que esta forma de entender al docente y, por ende, a las academias como origen de los males del sistema educativo es una apreciación errónea, donde se le atribuye causalidad a los efectos, y consideró que no será suficiente con aumentar el presupuesto, contratarse docentes de otras latitudes o privilegiar a algunas academias para presionar la salida de otras.
Habla el Gobierno continuamente de una auténtica revolución educativa en la República Dominicana, apuntalada por su política de construcción de miles de aulas, pero aún dista el país de ser competitivo en dicha materia a nivel internacional, incluso dentro de la región.
El Estado tiene que definir una política oficial de formación y aprovechar el recientemente firmado Pacto Educativo, para que ese cuatro por ciento del PIB que es destinado a educación no caiga en saco roto.EFE
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