BOGOTÁ.- El probable el triunfo de Michelle Bachelet en las elecciones presidenciales en Chile reforzará el poder político femenino en América Latina, una región donde, sin embargo, millones de mujeres son aún víctimas de discriminación y violencia.
En lo que se refiere al poder ejecutivo las latinoamericanas han conquistado la cúspide, lo que no han hecho todavía ni estadounidenses ni españolas ni francesas, por ejemplo, pero las diferencias de salario y de posición en el mundo laboral siguen siendo grandes y los índices de violencia machista elevados.
La mitad de las latinoamericanas y caribeñas no tiene acceso al mercado laboral y una mujer con trece o más años de estudio gana un 37 % menos que un hombre en la misma condición, según datos de la Comisión Económica para América Latina (CEPAL).
Además, la tasa de desempleo femenino (9,1 %) es 1,4 veces mayor que la masculina, que es del 6,3 %, de acuerdo con la ONU, y son muy pocas las mujeres que llegan a puestos directivos en las empresas. Según la publicación estadounidense Latin Business Chronicle, tan solo un 1,8 % de todas las compañías latinoamericanas son dirigidas por mujeres y, de las 500 mayores empresas de la región, únicamente nueve tienen al frente a una mujer.
Sin embargo, la primera mujer que llegó a la Presidencia de un país en el mundo fue una argentina, Isabel Martínez, quien pasó de vicepresidenta a ser la máxima autoridad del país tras la muerte de su esposo, el presidente Juan Domingo Perón, en 1974.
La primera presidenta latinoamericana elegida en las urnas fue la nicaragüense Violeta Chamorro en 1990, la segunda, la panameña Mireya Moscoso, en 1999, y la tercera, la chilena Bachelet, en 2006.
Actualmente hay tres países latinoamericanos, los cuales suman alrededor del 40 % de la población de la región, dirigidos por mujeres: Argentina, Brasil y Costa Rica.
Si los sondeos no se equivocan, Chile se sumará a la lista el 11 de marzo de 2014, fecha en la que asumirá quién gane las elecciones del 17 de noviembre.
Todas las encuestas sobre intención de voto dan como ganadora a la socialista Bachelet, que fue presidenta de 2006 a 2010 y luego dirigió el organismo ONU Mujeres, seguida de lejos por otra mujer, la candidata conservadora Evelyn Matthei.
Honduras puede ser el siguiente país latinoamericano con una mujer al mando, pues Xiomara Castro, la esposa del expresidente Manuel Zelaya, está entre los candidatos favoritos para ganar las elecciones presidenciales del 27 de noviembre.
La presidenta argentina, Cristina Fernández, fue reelegida para un segundo mandato en 2011, algo que la brasileña Dilma Rousseff, la mujer más poderosa del mundo después de la canciller alemana, Angela Merkel, según la revista Forbes, espera emular en 2014.
Laura Chinchilla, la presidenta de Costa Rica, dejará el poder en 2014, sin posibilidad de reelección.
Además, los "número dos" de República Dominicana, Guatemala y Honduras son Margarita Cedeño, Roxana Baldetti y María Antonieta Guillén, respectivamente, y hay alcaldesas capitalinas como Susana Villarán, de Lima, y Carmen Yulín Cruz, de San Juan.
La participación promedio de mujeres en los gabinetes ministeriales latinoamericanos es de 24,6 %, aunque hay diferencias importantes entre países, según cifras del Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).
En cuanto al poder legislativo, América es el continente con el promedio de legisladoras más alto del mundo, un 24,1 %, de acuerdo con la Unión Interparlamentaria, y gracias a los sistemas de cuotas en los Senados de Latinoamérica hay un promedio de mujeres del 21,6 % y en las Cámaras de Diputados del 20,4 %, según IDEA.
Según un informe de 2012 de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Latinoamérica es la región que más ha avanzado en igualdad de género en los últimos dos años, con Argentina, Costa Rica y Paraguay a la cabeza, pero todavía hay desigualdad y violencia de género.
"Las mujeres permanecen en desventaja injustificada en todos los países", dice la secretaria ejecutiva de la CEPAL, Alicia Barcena.
En el hogar tampoco se da una situación ideal, pues las tareas no se reparten equitativamente y además es el escenario de gran parte de los casos de violencia de género.
Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, se han logrado avances en la adopción de leyes y políticas públicas para acabar con la violencia contra las mujeres en América Latina, casi siempre a manos de parejas o exparejas, pero "existe una distancia significativa entre la legislación y su aplicación".
Hay pocas cifras regionales de violencia de género, pero es sabido que México, Centroamérica y República Dominicana están entre los países donde la magnitud del problema es mayor.
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