Santo Domingo.- (Listín Diario).- El próximo 16 de agosto cuando el reloj marque las diez de la mañana, se cumplirá el primer año de la comparecencia del presidente Danilo Medina ante la Asamblea Nacional para tomar juramento como Presidente Constitucional de la República, tiempo en que el jefe de Estado ha impuesto un nuevo estilo de gobernar, logrando establecer una marcada diferencia entre su gestión y las de sus antecesores en el poder.
Con ponerle sello propio a sus ejecutorias, colocando en primer lugar la austeridad, Medina llega a sus 12 meses de gestión con los logros de mantener la estabilidad macroeconómica, destinando mayores inversiones en los renglones económicos, sociales, educativos y productivos, así como con una ambiciosa propuesta de reducir la pobreza en el campo.
Fruto de ese estilo con sello de una austeridad extrema, Medina sorprendió al país cuando al cabo del primer trimestre anunció un ahorro de más de 15 mil millones de pesos, colocando el déficit fiscal muy por debajo de lo proyectado.
Cinco días después de su juramentación, el 21 de agosto, Medina convocó a un Consejo de Gobierno Ampliado, donde afirmó que el manejo austero y transparente de los fondos públicos era una prioridad de su administración y señaló que no tolerará actos inmorales, advirtiéndoles a sus funcionarios que hasta por el rumor público tendrán que dar explicaciones.
Las medidas fueron establecidas a través del decreto número 499-12 sobre racionalización del gasto público.
En esa misma reunión el jefe de Estado puso en funcionamiento el “Código de Pautas Éticas”, siendo el primero en firmarlo y luego cada uno de los funcionarios presentes, como una forma de asumir el compromiso.
Un elemento que caracteriza ese nuevo estilo del presidente Medina, lo constituyen las denominadas visitas sorpresas a diferentes comunidades del país, donde el jefe de Estado ha otorgado en financiamientos blandos más de RD$10,000 millones a pequeños y medianos productores agrícolas, así como a productores pertenecientes a organizaciones comunitarias.
Esas visitas sorpresas de cada domingo y algunos días de la semana, se han convertido en una fuente de solución a pequeños problemas de las comunidades, especialmente en el sector agrícola.
En total, el jefe de Estado ha realizado unas 80 visitas sorpresa durante su primer año de gestión. La primera fue realizada a la comunidad de La Barquita en el Distrito Nacional, donde declaró de alta prioridad la solución de los problemas que afectan a esa barriada, por lo que en la actualidad está avanzada la ejecución de un proyecto para reubicar a las familias residentes en el lugar.
Los sorteos de obras
Las construcciones de obras, que habitualmente eran asignadas a través de licitaciones en las que por falta de recursos y relaciones muchos ingenieros no podían participar, ahora son sorteadas entre los profesionales de esa área, que participan en igualdad de condiciones
Esta disposición es vista con simpatía, no solo por los beneficiarios de las obras licitadas, sino por otros sectores que la enmarcan dentro del nuevo estilo de gobierno y la califican como un incentivo a la transparencia estatal.
Con la nueva modalidad han sido sorteadas la construcción de unas diez mil nuevas aulas y de unos 400 nuevos acueductos en todo el país, obras que se ejecutan a través de los ministerios de Educación y Obras Públicas y Comunicaciones, así como del Instituto Nacional de Aguas Potables y Alcantarillados (INAPA).
Cumplimiento
Aunque encontró dificultades económicas en el gobierno, aún en medio del plan de austeridad, el presidente Medina ha puesto todo su empeño para cumplir con sus promesas, entre ellas la ejecución del Plan Nacional de Alfabetización, denominado “Quisqueya Aprende Contigo”, el cual marcha a buen ritmo con la finalidad de que en un período de dos años, el país haya podido sacar del analfabetismo a unos 727,000 dominicanos.
En este primer año de gestión el presidente Medina, como parte de sus promesas, también tiene en ejecución el programa “Banca Solidaria”, que funciona con un fondo de RD$10,000 millones para el fomento de las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas, con el que ya han sido beneficiados más de 50 mil microempresarios ubicados en diferentes comunidades del país, incluyendo Santo Domingo.
Mediante decreto fue puesto en marcha el Programa Nacional de Titulación masiva de propiedades, para lo cual fue creada una comisión que en la actualidad se encarga de su ejecución.
De igual modo, durante estos 12 meses, Medina instruyó para que el programa Solidaridad, que dirige la vicepresidenta Margarita Cedeño de Fernández, integrará a unas 200,000 familias a los programas Solidaridad y Progresando.
Además, fue puesta en ejecución la Ventanilla Única de Inversión, un instrumento que simplifica el proceso para los inversionistas y permite que éstos realicen todos los trámites para instalarse en el país en un solo lugar.
Acciones marcan estilo
Al cabo de este primer año, entre las acciones que sellan la gestión del presidente Medina como un estilo diferente de gobernar, se pueden citar las visitas sorpresivas a las distintas comunidades del país, donde se reúne para escuchar las necesidades de productores y sectores sociales, la asignación del 4% del Producto Interno Bruto a la Educación, el Plan Nacional de Alfabetización “Quisqueya Aprende Contigo”, el sorteo de 10 mil aulas, el fomento a las Micro, Pequeñas y Medianas Empresas (Mipymes), el apoyo al sector agropecuario, el plan de austeridad y el Código de Pautas Éticas.
Entre otras medidas figuran el sorteo de obras, la creación del Pupitre Dominicano, la Banca Solidaria y el apoyo a las pymes.
Con esas acciones el jefe de Estado ha logrado el favor de muchos sectores de la sociedad dominicana, entre ellos de la oposición, que han reconocido las cualidades del mandatario en el ejercicio de sus funciones.
Además, su elevada popularidad, por la forma de actuar, ha sido confirmada por firmas encuestadoras como la Gallup, la cual a solo cuatro días para cumplir sus seis meses de gobierno le daba una aceptación que rondaba el 80 por ciento.
En la actualidad, sondeos internos del gobierno establecen que ese porcentaje supera el 90%.
Al cabo de un año, el actual jefe de Estado ha impregnado en el gobierno la sencillez, mostrándose ante el pueblo como un ser humano de carne y hueso que puede ser tocado por los más humildes, dejando claro que tiene un estilo diferente de gobernar y que las promesas se pueden cumplir.
Las acciones del jefe de Estado de saltar charcos o agacharse para cruzar empalizadas, caminar en platanales, cruzar puentes poniendo su vida en peligro y de mostrar afectos por los hombres y mujeres del campo y la ciudad sin importar su estracto social, han provocado que muchos ciudadanos hayan depositado confianza en sus ejecutorias, llegando a decir que por su sencillez nadie se atreve a hacerle daño.
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