SANTO DOMINGO. "No entendía si el dolor que me invadía era en el cuello, la mitad de la garganta, una muela o alguna extensión de las molestias de espalda por la silla que estrenaba en mi nuevo lugar de trabajo. Lo cierto es que traté de evadirlos. A todo esto tomé unos calmantes, un té (previniendo cualquier virus gripal), y al día siguiente mi rostro padecía la rara sensación de calambre -'mala posición', declaré-.
El ojo latía como reloj, y tomó control propio. Dolor de cabeza y la lengua, vuelta una arena, perdió el gusto. No presté atención. Sin darme cuenta, mi lado derecho estaba alterado. Luego, el pie y el brazo del mismo lado se inmovilizaron, acalambrados por unos segundos… Al observar el reflejo de mi rostro en el espejo, vi cómo la boca buscaba dominio propio hacia la izquierda, -posición opuesta a la inflamación-.
Lo que sucedió unas horas más tarde fue el resultado de no prestar atención a los síntomas: era una parálisis facial o de Bell".
Esta historia es contada por Carmelsy Confesor, periodista de Diario Libre, quien en septiembre de 2012 padeció de esta condición, que superó tras ocho meses de terapia. Pero, ¿Por qué ocurre la parálisis facial o parálisis de Bell?
Según el neurólogo José Silié Ruiz, se trata de un proceso viral, se inflama el nervio al pasar por un canal óseo en la base del cráneo, y se produce una disrupción eléctrica que debilita los músculos de la cara. Es algo así como que en vez de darte una gripe, le dio la parálisis.
El doctor de Corazones Unidos la define como un proceso de inflamación del nervio fácil que da la inervación motora -músculos de la cara- es una mononeuropatía: "Como son dos los nervios faciales que actúan al unísono para mantener la cara en equilibrio, cuando uno cesa en funciones, entonces la cara se desvía para el lado sano".
Síntomas de alerta
Su inicio ocurre de varias maneras: con una sensación de sabor ocre en la boca, con una pesadez o dolor sordo detrás del oído, incapacidad de poder cepillarse los dientes, párpado caído o con el retumbe de sonidos en el oído, disminución del lagrimeo en los ojos, dificultad para el parpadeo, hasta el no poder retener los alimentos en la boca por la desviación de la cara.
El experto dice que puede ocurrir a cualquier edad, con una predisposición familiar demostrada. Y la recuperación -muy variable- puede ser de una a tres semanas.
Tratamiento y pronóstico
El tratamiento incluye antinflamatorio por unos diez días en dosis decrecientes, lágrimas artificiales, cubrir el ojo en las noches para evitar la resequedad de la córnea, se discute el beneficio o no de los antivirales.
El doctor Silié asegura que en particular no los usa.
Con relación a las terapias o cuidados en el hogar se recomienda hacer unos diez minutos de terapia con las manos en el lado afectado, dos veces al día. "No recomiendo terapia con electricidad ni asistida, puede ser peor que la enfermedad, y hacer que la parálisis, que es temporal, se haga permanente y le persona quede con la deformación facial.
La parálisis de Bell afecta a cada individuo en forma diferente. Algunos casos son leves, y no necesitan tratamiento, ya que generalmente los síntomas remiten por sí solos en dos semanas.
El pronóstico es generalmente muy bueno. La extensión del daño nervioso determina el alcance de la recuperación. La mejoría es gradual y los tiempos de recuperación varían.
Fuente Diario Libre
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