El lugar de entierro de Tamerlan Tsarnaev, uno de los dos hermanos sospechosos del atentado con bombas en el maratón de Boston que murió baleado por la policía, está generando un dilema tanto para las autoridades como la funeraria que tiene el cuerpo y los familiares del difunto.
El tío de Tsarnaev busca enterrarlo en la ciudad de Cambridge, Massachusetts, la localidad donde vivió, pero varios cementerios locales ya han rechazado la idea por temor a que la tumba se convierta en un sitio de peregrinaje de extremistas o sea objeto de ataques por un público enardecido por el atentado.
El director de la funeraria ha sido blanco de críticas por haber aceptado el cuerpo del sospechoso y está buscando que las autoridades del estado intervengan.
El gobernador de Massachusetts, por su parte, se abstuvo de emitir una opinión al respecto.
Es una situación de pocos antecedentes que se vuelve problemática porque, según los expertos, la ley misma de Estados Unidos no está muy bien dotada de los instrumentos adecuados para lidiar con los muertos.
Funeraria en aprietos
Tamerlan y su hermano, Dzhorkahr Tsarnaev, dos jóvenes inmigrantes chechenos, son sospechosos de haber detonado los artefactos explosivos caseros durante el popular maratón de Boston, el 15 de abril, matando a tres personas e hiriendo a 264.
Es considerado el atentado más grave en territorio estadounidense desde los ataques de 11 septiembre, 2001 y el hecho que los hermanos son musulmanes ha vuelto a generar temor de extremismo y reacciones apasionadas de la comunidad afectada.
"No puedo controlar las circunstancias de la muerte de alguien. En este país enterramos a los muertos...mi problema es encontrar un sitio. "
Peter Stefan, funeraria en Worscester, Massachusetts
La esposa de Tamerlan Tsarnaev decidió no reclamar el cuerpo de Tsarnaev de la oficina forense de Massachusetts, así que quedó en custodia de un tío, Ruslan Tsarni, que dice que el entierro debería suceder en Cambridge, la ciudad donde vivió el sospechoso fallecido.
Tsarni se puso en contacto con Peter Stefan, dueño de una funeraria local que es conocido por haber manejado con anterioridad los servicios según los ritos de la religión musulmana.
Sin embargo, Stefan no ha podido encontrar un cementerio que acepte el cuerpo y asegura que ha sido objeto de protestas cerca de la funeraria por personas que están en contra de que los restos de Tsarnaev yazcan en su localidad.
"No puedo controlar las circunstancias de la muerte de alguien", dijo Stefan a los medios. "En este país enterramos a los muertos...mi problema es encontrar un sitio.
Muchos no quieren estar asociados con esto".
El director de la funeraria teme que la situación se convierta en un asunto de seguridad pública y ha pedido a las autoridades del gobierno estatal que intervengan.
Un cuerpo "de nadie"
El tío de Tsarnaev dijo que quería enterrar a Tamerlan en Cambridge, donde vivió.
El gobernador de Massachusetts, Deval Patrick, declaró en rueda de prensa que no cree que la seguridad pública está comprometida pero reconoció que hay sentimientos apasionados en torno a los hechos.
"Somos una comunidad fuerte. Guardamos sentimientos muy fuertes contra los que nos hacen daño pero creo que debemos concentrarnos en procesar legalmente a aquellos que estuvieron involucrados y en llegar al final de las investigaciones", expresó.
Patrick se abstuvo de comentar sobre la dificultad del entierro pero señaló que se trata de un asunto de familia y que esta tiene ciertas opciones y debe actuar pronto.
"La ley de los muertos es un área muy turbia, donde no entra a jugar mucho la legalidad"
Ray Madoff, Escuela de Leyes, Boston College
La situación es difícil porque en Estados Unidos la "ley de los muertos" no es muy definida, según Ray Madoff, profesora de Leyes del Boston College y autora del libro "Inmortalidad y la ley: el creciente poder de los muertos".
"La ley de los muertos es un área muy turbia, donde no entra a jugar mucho la legalidad", afirmó la abogada.
"En este país hay muchas reglas relacionadas a la propiedad del individuo, leyes que definen que hacer y tribunales que emiten sus fallos", señaló.
"Pero con los muertos se sigue el principio corpus nullius in bonum: el cuerpo no le pertenece a nadie"
La experta explicó que, cuando hay un cuerpo, no hay nadie con atribuciones legales para decidir qué hacer con éste.
Lo que se tiene son prácticas que se siguen, como la de la familia que está obligada a deshacerse del cuerpo.
Pero, cuando se presenta una disputa, no hay guías legales.
"Queda, entonces, en manos de los tribunales emitir un fallo pero muchas veces no siguen buenos principios".
Cita el caso de Ana Nichole Smith, la actriz y modelo de Playboy que se casó con un anciano multimillonario y que luego murió en Bahamas.
Por haber dinero involucrado, muchos se disputaron qué hacer con el cadáver y los tribunales tuvieron que intervenir.
"El tribunal le dio la potestad a la hija infante de Ana Nichole para controlar lo que pasaría. Es un resultado descabellado", manifestó Madoff.
Pérdida de derechos
El cuerpo de Timothy McVeigh, ejecutado por el atentado en Oklahoma City, fue incinerado y sus cenizas esparcidas en un sitio desconocido.
La especialista en leyes de los muertos añadió que ni siquiera los últimos deseos del difunto están protegidos; ni el lugar del entierro ni el rito que haya escogido.
Todo puede cambiar según las circunstancias.
Timothy McVeigh, ejecutado por el atentado en Oklahoma City, en 1995, que dejó por lo menos 168 muertos y centenares de heridos, pudo haber sido enterrado en el cementerio nacional de Arlington, reservado para veteranos de la guerra como lo era McVeigh.
Sin embargo, un estatuto aprobado en el Congreso vetó esa posibilidad y el cuerpo de McVeigh fue incinerado y sus cenizas esparcidas en algún lugar que no se hizo público.
Esa alternativa sería poco probable con Tamerlan Tsarnaev pues la religión islámica prohíbe la cremación.
Una opción sería devolverlo para su entierro en Daguestán o Rusia, donde están sus familiares.
El administrador de Cambridge, Massachusetts, Robert Healy, dijo públicamente que no permitiría su entierro en esa ciudad y ya se inició una recaudación de fondos para enviar el cuerpo al exterior, aunque tampoco hay seguridad de que en otro país, sea Daguestán o Rusia, lo quieran allí.
El estado bien podría tomar custodia del cuerpo, comentó Ray Madoff, del Boston College, que estima que se está trabajando intensamente a puerta cerrada para resolver el dilema sin atraer más atención de la prensa.
"Tal vez en Cambridge se está exagerando porque es un tema tan doloroso, pero enterrarlo allí no sería un asunto que daría muchos problemas en el futuro".
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