AP.- Roma.- Se exaltó su nombramiento como un salto hacia la integración racial en un país que por mucho tiempo se ha sentido incómodo con sus clases inmigrantes que van en aumento.
Sin embargo, la inclusión de Cecile Kyenge como la primera ministra negra en el gabinete de Italia ha expuesto el terrible problema del racismo en el país, una desgracia que se enciende regularmente en las canchas del fútbol con mofas racistas y en las diatribas de políticos xenófobos, pero que ha asomado la cabeza en el centro de la vida política.
Un político que pertenece a un partido que hasta hace poco era parte de una coalición de gobierno ridiculizó lo que describió como el nuevo “gobierno bonga bonga”.
Ayer miércoles, en medio en un aumento de la repulsa hacia la declaración, el gobierno autorizó una investigación de los sitios neofascistas en internet cuyos miembros llamaron a Kyenge la “mona congolesa” y que profirieron contra ella todo tipo de improperios.
Kyenge, de 48 años, nació en Congo y emigró a Italia hace tres décadas para estudiar medicina. Es cirujana oftalmóloga y vive en Modena con su esposo italiano y sus dos hijos.
Era activa integrante de la centroizquierda local hasta que logró una banca en la Cámara de Diputados.
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