WASHINGTON (AP).-- Aunque pudiera ser una curiosa estrategia legal, la decisión del soldado estadounidense de admitir ante una corte que envió cientos de miles de documentos secretos a WikiLeaks ha animado a sus simpatizantes en el mundo.
El soldado raso Bradley Manning, de 25 años, ha sido considerado por algunos como un soplón heroico, un prisionero político y un símbolo de las prioridades inapropiadas de las fuerzas armadas de Estados Unidos y del gobierno del presidente Barack Obama.
Otros, particularmente en Estados Unidos, lo ven como un traidor.
En cualquier caso, es posible que pase muchos años en una cárcel militar.
Pero en última instancia, Manning pudo haber acabado con la especulación de que filtró el tesoro más grande de material secreto en la historia de Estados Unidos, sea deliberada o inconscientemente.
En la audiencia judicial del jueves, Manning leyó una declaración de 35 páginas en la que describió sus cavilaciones sobre si enviaba el primer paquete de cientos de miles de partes de guerra procedentes de Irak y Afganistán.
Afirmó que su intención era exponer la indiferencia de las fuerzas armadas estadounidenses hacia la vida humana, y provocar un debate público sobre la política foránea y militar de Estados Unidos.
"Tuve una sensación de alivio de que los tuvieran", dijo Manning el jueves sobre WikiLeaks. "Sentí que había conseguido algo que me permitió tener la consciencia limpia".
Jeff Paterson, de la agrupación de apoyo Bradley Manning Support Network que ha juntado más de 900.000 dólares para defensa legal del soldado, consideró que la declaración confirmó lo que los simpatizantes habían pensado desde hace mucho tiempo de su ídolo.
"Hemos estado defendiendo a esta persona como un soplón heroico durante dos años y medio, y fue inspirador y motivante escuchar finalmente de viva voz las causas por las que tomó esa decisión que posiblemente le cambió la vida y cambió la historia", dijo Paterson.
Además de los reportes de guerra, envió a WikiLeaks cientos de millares de cables diplomáticos del Departamento de Estado, expedientes de detenidos en la prisión militar en Guantánamo y otros documentos secretos.
También divulgó un video del 2007 cuando soldados estadounidenses disparan desde un helicóptero y matan a 11 personas, incluido un fotógrafo de la agencia de noticias Reuters.
Gabriel Schoenfeld, que labora en el conservador Hudson Institute y es autor del libro "Necessary Secrets", dijo que Manning tomó una decisión intrépida al divulgar los cables del Departamento de Estado y no debe ser castigado por eso.
Un grupo de simpatizantes realizó el viernes una vigilia en honor a Manning frente a la Embajada de Estados Unidos en Londres.
Ben Griffin, un ex soldado británico que renunció en protesta contra las tácticas de sus colegas estadounidenses en Irak, declaró que Manning estaba tratando de recuperar el control en un juicio sesgado en su contra.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario