EFE.- ROMA.- Setenta personas de las 4.229 que iban a bordo del crucero "Costa Concordia", que naufragó anoche y en el que hubo al menos tres muertos, están aún sin localizar, según el prefecto de la localidad italiana de Grosetto, Guiseppe Linardi.
Varias decenas han resultado heridas al encallar una barco crucero en aguas de la isla italiana de Giglio, en el mar Tirreno, en la región central de Toscana. Según los medios locales, el número de fallecidos sería ya de seis, cifra no confirmada por la capitanía del puerto de la pequeña isla de la Toscana.
Entre los pasajeros viajaban 52 niños menores de seis años agregó el prefecto de Grosetto, vecina de la isla de Giglio, frente a cuyas costas encalló el barco.
Un total de 177 españoles, 17 argentinos, 10 colombianos, 10 chilenos y 46 brasileños iban a bordo.
Linardi aseguró que se va a realizar una búsqueda prácticamente "puerta a puerta" en la isla para tratar de localizar a las personas desaparecidas.
Los 1.500 vecinos de Giglio han abierto las puertas de sus casas para acoger a los náufragos.
Alrededor de 4.150 personas están a salvo, aunque no han podido ser identificadas, según la Guardia Costera.
Además de los tres fallecidos, que todavía no han sido identificados, hay unas 40 personas heridas que han sido ingresadas en varios hospitales de la zona, dos de ellas graves, una con un trauma craneal y otra con un fuerte golpe en la espalda, informaron fuentes hospitalarias.
La mayoría de los náufragos que fueron trasladados al puerto de Santo Stefano están siendo llevados en autobuses a Roma.
Según los medios italiano, la nave "Costa Concordia" podría estar siguiendo una ruta equivocada, ya que no debía encontrarse en el punto donde sufrió el impacto en el casco, según los medios italianos.
La nave hacía un crucero por el Mediterráneo, que salió del puerto de Civitavecchia (centro) con destino a Savona (norte) para comenzar un viaje con escala también en Palermo (Sicilia), Cagliari (Cerdeña), Palma de Mallorca (España), Barcelona (España), Marsella (Francia) y regreso a Savona, según una nota de la compañía naviera.
Dos horas después de salir de Civitavecchia, hacia las 21.30 horas (20.30 GMT), cuando el buque estaba en las cercanías de la isla de Giglio y los pasajeros cenaban, oyeron las sirenas de varios pesqueros y silbidos de los marineros sin saber de qué se trataba.
"Ha sido una pesadilla, parecía el Titanic, pensábamos (que íbamos a) morir", afirmaron los italianos Silvana Caddeo, Ignazio Deidda y Mirella Corda a los medios locales, y precisaron que cuando cenaban se produjo el golpe, que propició la caída de botellas y vasos de las mesas.
Eran las 21,40 horas (20.40 gmt), según señalaron en su relato, e inmediatamente desde los altavoces de la nave les dijeron que se había producido un problema eléctrico y que no se preocuparan.
"Pero la gente gritaba y los niños lloraban, en medio de la total oscuridad", afirmaron, a la vez que aseguraron que inmediatamente se dieron cuenta de que la cosa era más grave, porque el barco comenzó a escorarse hacia un lado.
Los italianos contaron cómo vieron a muchas personas arrojarse a las frías aguas del Tirreno.
Otros viajeros denunciaron que las tareas de socorro fueron muy lentas, que antes de abandonar el barco pasó una hora y media y que algunos miembros de la tripulación les contaron que el capitán de la nave sabía de la gravedad de la situación "y no hizo lo que debía".
El "Costa Concordia", de 114.500 toneladas de peso, pertenece a la flota de Costa Cruceros, la más grande de Europa y de bandera italiana, con 15 barcos con una capacidad total de 41.000 pasajeros.
La flota fue la primera compañía del mundo en recibir la "Green Star", un reconocimiento en materia de medioambiente.
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