6.1.11

250 casos de violación sexual son denunciados en Haiti en campo de refugiados

Las mujeres y niñas que viven en campamentos improvisados de Haití corren un riesgo cada vez mayor de sufrir violaciones y violencia sexual, ha afirmado Amnistía Internacional en el nuevo informe que ha dado a conocer hoy.

Un año después del terremoto que causó la muerte de 230.000 personas y heridas a 300.000, más de un millón de personas sigue viviendo en condiciones atroces en “ciudades” construidas con tiendas de campaña en la capital, Puerto Príncipe, y en el sur del país, donde las mujeres corren un enorme riesgo de sufrir agresiones sexuales. Los perpetradores son en su mayoría hombres armados que deambulan por los campamentos después de oscurecer.

En los primeros 150 días transcurridos después del terremoto de enero, se denunciaron más de 250 casos de violación en varios campamentos, según datos citados en el informe de Amnistía Internacional Aftershocks: Women speak out against sexual violence in Haiti’s camps.

Un año después, siguen llegando casi todos los días supervivientes de violación a la oficina de un grupo local de apoyo a mujeres.

“Las mujeres, que ya están luchando para aceptar la pérdida de sus seres queridos, sus hogares y sus medios de subsistencia debido al terremoto, sufren ahora el trauma adicional de vivir bajo la amenaza constante de la agresión sexual”, ha declarado Gerardo Ducos, investigador sobre Haití de Amnistía Internacional.

“Para poner fin a la prevalencia de la violencia sexual, el gobierno entrante debe garantizar que la protección de las mujeres y niñas en los campamentos es una prioridad. Esto es algo que se viene ignorando en gran medida en la respuesta a las crisis humanitarias en general.”

La violencia sexual era un fenómeno generalizado en Haití antes de enero de 2010, pero se ha visto exacerbada por las condiciones imperantes tras el terremoto. La asistencia limitada que proporcionaban antes las autoridades ha sido socavada por la destrucción de comisarías y juzgados, lo que hace aún más difícil denunciar la violencia sexual.

Más de 50 supervivientes de la violencia sexual compartieron sus experiencias con Amnistía Internacional para el estudio.

Machou, de 14 años, vive en un campamento improvisado para personas desplazadas en Carrefour Feuilles, al suroeste de Puerto Príncipe. Fue violada en marzo, cuando fue al retrete.

“Un muchacho entró detrás de mí y abrió la puerta. Me amordazó con la mano y yo hice lo que quiso […] Me pegó. Me dio puñetazos. No acudí a la policía porque no conozco al muchacho, no serviría de nada. Estoy realmente triste todo el tiempo […] Tengo miedo de que vuelva a ocurrir”, dijo Machou a Amnistía Internacional.
Suzie, otra víctima, contó que vivía en un refugio improvisado con sus dos hijos y una amiga cuando fueron agredidos hacia la 1 de la mañana del 8 de mayo. Un grupo de hombres que entraron en el refugio por la fuerza vendaron los ojos a Suzie y a su amiga y las violaron delante de sus hijos.
“Cuando se marcharon no hice nada. No reaccioné […] Las mujeres víctimas de violación deberían ir al hospital, pero no fui porque no tenía dinero […] No sé dónde hay un consultorio que ofrezca tratamiento a víctimas de la violencia”, dijo Suzie.

Suzie perdió a sus padres, a sus hermanos y a su esposo en el terremoto de enero. Su casa también quedó destruida.

En su informe, Amnistía Internacional pone de relieve que la ausencia de seguridad y de vigilancia policial en los campamentos y sus alrededores es un factor importante del aumento de las agresiones en el último año.

La respuesta de los agentes de policía a las supervivientes de violación es calificada de inadecuada. Muchas supervivientes de violación contaron que cuando habían pedido ayuda a la policía, les habían dicho que los agentes no podían hacer nada.

“Desde el terremoto se ha producido un colapso total del sistema de orden público de Haití, que ya era frágil, y las mujeres viven en campamentos inseguros y masificados”, afirmó Gerardo Ducos.

“No hay seguridad para las mujeres y niñas en los campamentos. Y ellas se sienten abandonadas y vulnerables a las agresiones. Las bandas armadas atacan cuando quieren, con la seguridad que les da saber que aún hay pocas posibilidades de que sean enjuiciados.”

Amnistía Internacional ha pedido al nuevo gobierno que adopte medidas urgentes para poner fin a la violencia contra las mujeres dentro de un plan más amplio destinado a abordar el esfuerzo humanitario. En su informe, la organización afirma que las mujeres que viven en los campamentos deben participar plenamente en el desarrollo de cualquier plan de estas características.

Entre las medidas inmediatas figuran mejorar la seguridad en los campamentos y garantizar que la policía tiene capacidad para responder efectivamente y que los responsables son enjuiciados.

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