SANTO DOMINGO. Hace tres años, las tormentas Noel y Olga cambiaron la vida a miles de dominicanos, entre ellos más de diez mil residentes de las provincias Duarte, Barahona, Independencia y Bahoruco, a los que destruyó bienes materiales y la forma en que se ganaban el sustento.
Teresa Castillo, residente en el municipio de Villa Riva, en la provincia Duarte, fue una de las víctimas económicas de estos fenómenos.
Pero hoy, la mujer dice con emoción que su vida dio un giro de "99.9 grados", gracias al Programa de Recuperación Post-desastre que implementó el Programa de Naciones Unidas (PNUD) en esas comunidades para ayudar a sus residentes a sobreponerse de la tragedia. En el caso de Villa Riva, el programa financió una panadería en la que más de cien mujeres obtienen ingresos.
Una experiencia similar viven las integrantes de la Asociación de Mujeres Artesanas de Paraíso (Barahona) que elaboran muñecas a patir de hojas de plátanos y de otros productos de la naturaleza.
Según explicó Daisy M. Leger, aprendieron a hacer las muñecas antes de las tormentas, pero no tenían recursos para iniciar un proyecto empresarial. El programa se los permitió. Ahora, a través de esta asociación, 30 mujeres de Paraíso contribuyen a la economía familiar con la venta de sus artesanías.
De acuerdo con Rafael Pimentel, coordinador del Programa, en total se financiaron 42 proyectos comunitarios en las áreas de artesanías, agricultura, crianza de animales, elaboración de productos químicos y alimenticios. Cada proyecto recibió entre 500,000 y 800,000 pesos y la inversión total fue de 25 millones de pesos.
"Estamos tratando ahora de ver cómo se buscan recursos del sector público y privado para darle continuidad a estas zonas y a otras también, porque tenemos en banco más de ciento ochenta proyectos que no pudimos financiarlos", explicó Pimentel.
Una feria
Para demostrar que con una pequeña inversión económica y un fuerte compromiso comunitario se puede lograr la transición hacia el desarrollo, ayer el PNUD celebró en el parque Mirador Sur "La Voz de la Recuperación", una feria donde se exhibieron y vendieron parte de las artesanías y los productos que elaboran los beneficiarios de los proyectos.
Se expusieron desde muebles, calzados, arepas, dulces de distintos sabores, productos agrícolas, desinfectantes, artesanías, café orgánico y licores.
Los precios y la calidad de los productos motivaron a que muchos de los visitantes compraran.
Las mujeres de Cenoví también concitaron la atención, al presentar una muestra de cómo elaboran los insumos de limpieza y detergentes que fabrican en su laboratorio. Estos productos se comercializan en la zona y "hasta el alcalde de San Francisco los compra".
Fuente Diario Libre
Teresa Castillo, residente en el municipio de Villa Riva, en la provincia Duarte, fue una de las víctimas económicas de estos fenómenos.
Pero hoy, la mujer dice con emoción que su vida dio un giro de "99.9 grados", gracias al Programa de Recuperación Post-desastre que implementó el Programa de Naciones Unidas (PNUD) en esas comunidades para ayudar a sus residentes a sobreponerse de la tragedia. En el caso de Villa Riva, el programa financió una panadería en la que más de cien mujeres obtienen ingresos.
Una experiencia similar viven las integrantes de la Asociación de Mujeres Artesanas de Paraíso (Barahona) que elaboran muñecas a patir de hojas de plátanos y de otros productos de la naturaleza.
Según explicó Daisy M. Leger, aprendieron a hacer las muñecas antes de las tormentas, pero no tenían recursos para iniciar un proyecto empresarial. El programa se los permitió. Ahora, a través de esta asociación, 30 mujeres de Paraíso contribuyen a la economía familiar con la venta de sus artesanías.
De acuerdo con Rafael Pimentel, coordinador del Programa, en total se financiaron 42 proyectos comunitarios en las áreas de artesanías, agricultura, crianza de animales, elaboración de productos químicos y alimenticios. Cada proyecto recibió entre 500,000 y 800,000 pesos y la inversión total fue de 25 millones de pesos.
"Estamos tratando ahora de ver cómo se buscan recursos del sector público y privado para darle continuidad a estas zonas y a otras también, porque tenemos en banco más de ciento ochenta proyectos que no pudimos financiarlos", explicó Pimentel.
Una feria
Para demostrar que con una pequeña inversión económica y un fuerte compromiso comunitario se puede lograr la transición hacia el desarrollo, ayer el PNUD celebró en el parque Mirador Sur "La Voz de la Recuperación", una feria donde se exhibieron y vendieron parte de las artesanías y los productos que elaboran los beneficiarios de los proyectos.
Se expusieron desde muebles, calzados, arepas, dulces de distintos sabores, productos agrícolas, desinfectantes, artesanías, café orgánico y licores.
Los precios y la calidad de los productos motivaron a que muchos de los visitantes compraran.
Las mujeres de Cenoví también concitaron la atención, al presentar una muestra de cómo elaboran los insumos de limpieza y detergentes que fabrican en su laboratorio. Estos productos se comercializan en la zona y "hasta el alcalde de San Francisco los compra".
Fuente Diario Libre
No hay comentarios.:
Publicar un comentario