La candidata del oficialista Partido de los Trabajadores (PT), Dilma Rousseff, encabeza el escrutinio en las elecciones presidenciales en Brasil con el 45,9% de los votos, cuando ya se han contabilizado más del 90% de los sufragios.
Según los datos parciales del Tribunal Superior Electoral (TSE), el porcentaje que con el que cuenta Rousseff, la candidata del mandatario Luiz Inácio Lula da Silva, no le alcanzaría para ser elegida presidenta en primera vuelta.
A falta del escrutinio del 10% de los votos, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuenta con el 33,06% de los sufragios, mientras que la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, tiene el 19,86%.
A falta del escrutinio del 10% de los votos, José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), cuenta con el 33,06% de los sufragios, mientras que la candidata del Partido Verde (PV), Marina Silva, tiene el 19,86%.
Los colegios electorales cerraron sus puertas a las cinco de la tarde. Pero en un país tan grande como Brasil, con tres husos horarios, esta clausura se produce en tres tiempos: primero el archipiélago Fernando de Noronha, después en la parte oriental del país y, por último, en los siete estados más occidentales.
Salvo casos aislados en varios colegios electorales donde cerca de 400 personas fueron detenidas por efectuar propaganda electoral, la jornada de votaciones transcurrió sin incidentes importantes.
Más allá de los centros electorales, eran pocos rastros de la campaña visibles en las calles de Sao Paulo, donde desde 2007 la ley Ciudad Limpia contra la "contaminación visual" limita el uso de afiches de propaganda electoral.
Desde primera hora de la mañana, cerca de 136 millones de brasileños acudieron a los colegios electorales de todo el país para cumplir con su derecho y deber constitucional.
Este ha sido un proceso electoral complejo por el uso de urnas electrónicas a través del cual Brasil elegirá, además de un nuevo presidente, a los gobernadores y los miembros de las cámaras de los 26 estados y del distrito federal, a los diputados y a dos tercios del Senado.
Pero el resultado más esperado de esta jornada es quién sucederá a Luiz Inácio Lula da Silva y presidirá el mayor país de América Latina durante los próximos cuatro años. De acuerdo con todas las encuestas, Rousseff es quien más probabilidades tiene de asumir esa responsabilidad.
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