El Obispo de la Diócesis de San Francisco de Macorís, Monseñor Jesús María de Jesús Moya, llamó blandengue a las autoridades que tienen la responsabilidad del control de las armas de fuego por lo poco hacen para que este problema sea corregido.
El prelado católico externó sus declaraciones durante la celebración de las honras fúnebre del banquero Diego Pichardo que murió a causa de una bala perdida disparada por un carnicero en estado de embriaguez.
Monseñor Moya dijo que es necesario que los que tienen que velar por el porte y tenencia de las armas cumplan con su papel, refiriéndose al Ministerio de Interior y Policía y la propia justicia dominicana, pues según expuso esa es su responsabilidad, el de cuidar a la gente.
´´Todo esto obedece a que tenemos autoridades muy blanditas, estableciéndose que cualquier persona comete un atraco, asesina a otra persona y no pasa nada, esto no puede seguir sin que las autoridades den la cara frente al problema.´´
La catedral Santa Ana fue el escenario para qué cientos de personas pertenecientes a los diversos estratos sociales colmaran ese templo para rendirle un tributo de admiración a un hombre que supo entregarse por entero al servicio de los demás.
Dirigentes políticos, estudiantiles profesionales, empresarios, eclesiásticos, culturales, deportivos, entre otros acudieron para dar el último a adiós a un hombre sano y puro que siempre supo demostrar su entrega por los humanos en cada paso de su vida como fue Diego Pichardo.
El prelado católico externó sus declaraciones durante la celebración de las honras fúnebre del banquero Diego Pichardo que murió a causa de una bala perdida disparada por un carnicero en estado de embriaguez.
Monseñor Moya dijo que es necesario que los que tienen que velar por el porte y tenencia de las armas cumplan con su papel, refiriéndose al Ministerio de Interior y Policía y la propia justicia dominicana, pues según expuso esa es su responsabilidad, el de cuidar a la gente.
´´Todo esto obedece a que tenemos autoridades muy blanditas, estableciéndose que cualquier persona comete un atraco, asesina a otra persona y no pasa nada, esto no puede seguir sin que las autoridades den la cara frente al problema.´´
La catedral Santa Ana fue el escenario para qué cientos de personas pertenecientes a los diversos estratos sociales colmaran ese templo para rendirle un tributo de admiración a un hombre que supo entregarse por entero al servicio de los demás.
Dirigentes políticos, estudiantiles profesionales, empresarios, eclesiásticos, culturales, deportivos, entre otros acudieron para dar el último a adiós a un hombre sano y puro que siempre supo demostrar su entrega por los humanos en cada paso de su vida como fue Diego Pichardo.
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