POR NARCISO ACEVEDO.- En Medio de una demostración de dolor y reclamando al gobierno establecer un mayor control de las armas de fuego en mano de la población civil, fueron suputados los restos del empresario Diego Pichardo Tejada, ultimado por una bala asesina disparada por un hombre que se encontraba supuestamente en estado de embriaguez cuando transitaba por la comunidad El Pino, La Vega.
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Las honras fúnebres se iniciaron con una misa de cuerpo presente celebrada en la Catedral Santa Ana por los obispos Vinicio Disla y Jesús María de Jesús Moya, quien llamo blandengue a las autoridades que tienen la responsabilidad del control de las armas de fuego por lo poco que hacen para que este problema, que tanto luto ha llevado a la familia dominicana, sea corregido.
Dirigentes políticos, estudiantiles profesionales, empresarios, eclesiásticos, culturales, deportivos, entre otros acudieron en misa para dar el último a adiós a un hombre sano y puro que siempre supo demostrar su entrega por los demás en cada paso de su vida.
En nombre de la familia al concluir la celebración habló su hermano el ex Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Roberto Reyna, quien pidió que la sangre de su hermano sirva para llamar a la conciencia a nuestras autoridades que tienen que ver con la entrega de las armas a la población civil sin que reúnan las más mínimas condiciones humana y de educación.
´´Creo que lo importante en este momento es hacer un compromiso sagrado de la nación de que solo la educación debe ser el arma que permanentemente nos acompañe en la construcción de nuestros sueños, pues solo así se podrá lograr que no hayan más muertes innecesarias, ni profesionales irresponsables, ni corrupción en la entrega de una arma de fuego a quienes no tienen la condiciones psicológica ni moral para poseerla .
Expuso que llego la hora de que la sociedad dominicana se ponga de pie y salga a las calles con la palabra amor a decirle a todos no a la violencia, al desarme total de la población, explicando que si se hace así, no es verdad que la delincuencia podrá con la fuerza moral de un pueblo desarmado.
En el templo también hablaron sus hijas Lilianita, Nathali, y Dieli Pichardo Camilo, quienes resaltaron con lágrimas en sus ojos las grandes cualidades de su padre, y aprovecharon para dar gracias por tanta solidaridad de parte de su pueblo.
Pareciera como si las dos provincias se unificaron, La Duarte y la Hermanas Mirabal, para despedir a uno de sus mejores hijos, terminadas las honras fúnebres en la Catedral Santa Ana el cuerpo sin vida fue trasladado a su comunidad natal, Salcedo donde en el liceo Secundario Emiliano Tejera lo esperaban cientos de estudiantes, profesores y un pueblo desbordado en el dolor y la solidaridad, pues se trataba de uno de sus mejores profesores de generaciones que supo compartir el amor y la enseñanza.
Emotivas palabras fueron pronunciadas por el profesor Francisco de Jesús Brito, la presidenta de la Asociación para el Desarrollo de Salcedo, Margarita Camilo, y la profesora Esmerda Ramos, quien hablo ampliamente de la vida de Diego, lo que en cada palabras dejaba plasmada una manifestación de admiración y dolor por la muerte a destiempo de uno de los mejores hijo de Salcedo.
Terminado el reconocimiento inmemorial en el referido liceo Secundario su cadáver fue llevado al cementerio municipal de Villa Tapia, para allí unirlo en la bóveda donde descansa en paz su compañera de siempre, Doña Liliana Camilo.
Todo el cortejo fúnebre desde San Francisco, Tenares, Salcedo y Villa Tapia fue escoltado por miembros del Club de Pedaleo, la última institución que fundó con la finalidad de impulsar el ejercicio de la bicicleta y el turismo de montaña.
Las honras fúnebres se iniciaron con una misa de cuerpo presente celebrada en la Catedral Santa Ana por los obispos Vinicio Disla y Jesús María de Jesús Moya, quien llamo blandengue a las autoridades que tienen la responsabilidad del control de las armas de fuego por lo poco que hacen para que este problema, que tanto luto ha llevado a la familia dominicana, sea corregido.
Dirigentes políticos, estudiantiles profesionales, empresarios, eclesiásticos, culturales, deportivos, entre otros acudieron en misa para dar el último a adiós a un hombre sano y puro que siempre supo demostrar su entrega por los demás en cada paso de su vida.
En nombre de la familia al concluir la celebración habló su hermano el ex Rector de la Universidad Autónoma de Santo Domingo, Roberto Reyna, quien pidió que la sangre de su hermano sirva para llamar a la conciencia a nuestras autoridades que tienen que ver con la entrega de las armas a la población civil sin que reúnan las más mínimas condiciones humana y de educación.
´´Creo que lo importante en este momento es hacer un compromiso sagrado de la nación de que solo la educación debe ser el arma que permanentemente nos acompañe en la construcción de nuestros sueños, pues solo así se podrá lograr que no hayan más muertes innecesarias, ni profesionales irresponsables, ni corrupción en la entrega de una arma de fuego a quienes no tienen la condiciones psicológica ni moral para poseerla .
Expuso que llego la hora de que la sociedad dominicana se ponga de pie y salga a las calles con la palabra amor a decirle a todos no a la violencia, al desarme total de la población, explicando que si se hace así, no es verdad que la delincuencia podrá con la fuerza moral de un pueblo desarmado.
En el templo también hablaron sus hijas Lilianita, Nathali, y Dieli Pichardo Camilo, quienes resaltaron con lágrimas en sus ojos las grandes cualidades de su padre, y aprovecharon para dar gracias por tanta solidaridad de parte de su pueblo.
Pareciera como si las dos provincias se unificaron, La Duarte y la Hermanas Mirabal, para despedir a uno de sus mejores hijos, terminadas las honras fúnebres en la Catedral Santa Ana el cuerpo sin vida fue trasladado a su comunidad natal, Salcedo donde en el liceo Secundario Emiliano Tejera lo esperaban cientos de estudiantes, profesores y un pueblo desbordado en el dolor y la solidaridad, pues se trataba de uno de sus mejores profesores de generaciones que supo compartir el amor y la enseñanza.
Emotivas palabras fueron pronunciadas por el profesor Francisco de Jesús Brito, la presidenta de la Asociación para el Desarrollo de Salcedo, Margarita Camilo, y la profesora Esmerda Ramos, quien hablo ampliamente de la vida de Diego, lo que en cada palabras dejaba plasmada una manifestación de admiración y dolor por la muerte a destiempo de uno de los mejores hijo de Salcedo.
Terminado el reconocimiento inmemorial en el referido liceo Secundario su cadáver fue llevado al cementerio municipal de Villa Tapia, para allí unirlo en la bóveda donde descansa en paz su compañera de siempre, Doña Liliana Camilo.
Todo el cortejo fúnebre desde San Francisco, Tenares, Salcedo y Villa Tapia fue escoltado por miembros del Club de Pedaleo, la última institución que fundó con la finalidad de impulsar el ejercicio de la bicicleta y el turismo de montaña.
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